
Si bien el hecho migratorio no es para nada novedoso en nuestras latitudes, es indudable que las dinámicas de la globalización y el mercado han modificado las características, la magnitud y las modalidades de la migración internacional. Para Bolivia la migración constituye uno de los fenómenos sociales, económicos, culturales y políticos más importantes de la última década. Ligada a los efectos y consecuencias de la implementación del modelo neoliberal de mediados de los años ochenta, el importante flujo migratorio se incrementó exponencialmente, sobre todo desde inicios de siglo, hacia España. En medio de este boom mi¬gratorio el tema de las remesas económicas es el rasgo que adquiere mayor notoriedad en la medida que se financia su discusión y reflexión desde organismos internacionales (BID, BM).
Pero otro de los efectos directos de los actuales procesos migratorios tienen que ver con los cambios que se están produciendo dentro de lo que tradicionalmente se ha entendido por familia. La ausencia de la madre (39%) o el padre (33%) o ambos (28%), sin duda representa una situación que afecta la composición familiar. En este sentido las referencias al surgimiento de nuevas forma de organización familiar, en que los vínculos y lazos que se establecen entre sus miembros trascienden el espacio geográfico de lo nacional, son recurrentes. El avance en las comunicaciones, el acceso a la telefonía móvil y el Internet han facilitado y dinamizado los flujos de información entre los miembros de la familia que se hallan separados, generando un tipo de relación distinta a la que había con anterioridad. Pero de forma paralela, las fuertes restricciones que aplican los países receptores inciden en que los migrantes deban ausentarse por períodos de tiempo más largos, por lo que la migración genera no sólo una alta ausencia de uno o ambos progenitores, sino que dichas restricciones hacen que estas estadías se prolonguen en el tiempo, favoreciendo las rupturas familiares.
Los costos humanos de la emigración de Celia Ferrufino Quiroga (coordinadora), Magda Ferrufino Quiroga y Carlos Pereira Bustos nos remite a estas dimensiones concretas de situaciones más generales en las migraciones transnacionales. “Es evidente que los efectos de la emigración recaen principalmente sobre los hijos, que son los más afectados por la partida de sus padres y/o madres, pues ello supone un costo emocional duro de sobrellevar”, nos dicen los autores, añadiendo: “Cuando la madre emigra, además del costo económico, debe asumir los costos afectivos, como la separación del cónyuge, de los hijos e hijas, además de los costos emocionales y, en casos extremos, la destrucción de su hogar. Los costos emocionales y afectivos por lo general son más difíciles de subsanar que el económico”. Desde la multiplicidad de realidades de la sociedad cochabambina en sus trayectorias transnacionales, la presente investigación muestra cómo la actual emigración de los valles tiene rostro de mujer-madre que se construye y re/construye en ausencia, pero sin dejar de asumir la responsabilidad de satisfacer las necesidades básicas de su entorno familiar.
Para leer más: http://www.pieb.com.bo/pieb.php?idn=1923
No hay comentarios:
Publicar un comentario